viernes, 6 de abril de 2018

APUNTES

  • Un miedo: Coger el coche
Y es que no es sólo que el volante esté al otro lado y se conduzca por la izquierda, es que los semáforos están en horizontal en lugar de en vertical y, en vez de antes del cruce, están después.  Luego las tres luces no siempre son los tres colores, sino que cada una corresponde a un carril, y tienes que fijarte sólo en el que está en la dirección que vas a seguir. Pero ¡ojo! que a veces si giras, el semáforo que está en la calle que tomas está en rojo, pero es que no es para ti, es para los que vienen de enfrente... ¡Ay, mi madre! A parte, espérate, que los semáforos no se ponen en verde ¡se ponen en azul! (Bueno, es un verde azulado realmente). Al parecer la explicación científica es que, hasta hace un milenio -jolines chicos, en mil años podíais haberos adaptado un poco, que habéis tenido tiempo- los japoneses no diferenciaban entre el verde y el azul, para ellos era el mismo color tanto en lo que se refiere a la denominación como a la percepción visual. A día de hoy aún perdura este "pseudaltonismo", ya que utilizan muchas veces el color azul -ao- para referirse a cosas verdes -midori-. Todo son facilidades para beneficiar mi adaptación al lugar.
A mi favor: el límite de velocidad es 40 km/h en ciudad y 100 km/h en autopista (aunque en la gran mayoría de ellas, no se permite pasar de 80), por lo que me lo puedo tomar con calma y tener un poco más de margen de reacción, y más siendo que voy a llevar furgoneta. En fin Serafín, que tengo de todo menos confianza para ponerme al volante de momento.
  • Una aventura: Que los niños vayan solos al colegio
Hoy nos hemos estrenado en esta costumbre japonesa que me ha quitado el sueño bastante tiempo antes de mudarnos aquí. En Valencia, un día a principio de curso, se me ocurrió decir que como mi hijo mayor tenía "ya" 8 años, me estaba planteando que bajara solo al entrenamiento del rugby. "¡Pero qué dices!", "¡Estás loca!", "¡Ni se te ocurra!", "Ay, pobret!"... Aclarar que el campo está a minuto y medio de mi casa y sólo tenía que cruzar un semáforo pero, claro, con tanto apoyo a mi alrededor, no se me ocurrió volver a nombrarlo, no fuera que le pasara algo al chiquillo y la culpa fuera de la inconsciente de la madre.

JA-JA-JA

Ahora vas y te lo comes con patatas, por lista. Porque sí, resulta que aquí los niños van solos al cole. Bueno, solos no, van en pelotón. Como las escuelas son públicas y los niños asisten a la que les corresponde por zona, los centros organizan a los alumnos por secciones para que vayan en grupos de diferentes edades. La vuelta ya es un poco más "libre". 
Pues bien, mal mal no ha ido, los dos están sanos y salvos en casa, pero vaya, que el pequeño (7 años recién cumplidos) que es un poco más happy, se ha venido a su rollo, ha entrado en  casa la mar de feliz y orgulloso por haber venido solo y ha puesto cara de circunstancias cuando le he preguntado que dónde estaba su hermano. "Pues creo que no ha salido aún" me contesta y tuerce el morro. Sabiendo lo responsable que es el mayor (y la facilidad con la que se agobia), ya me lo imaginaba angustiado en el colegio sin saber qué hacer. Para más inri, mi marido hoy trabajaba fuera, por lo que no tenía posibilidad ni de comunicarme directamente con el colegio, ni de salir de casa en busca de mi cachorro (porque, qué te apuestas a que salgo y viene él por otro camino y se la encuentra cerrada).  Gracias a Dios el sufrimiento no se ha alargado más de 15 minutos, cuando ha aparecido el primogénito, todo sudado de la carrera que se había pegado, informándome de que su hermano se había perdido. Tras insistirles que deben venir juntos, el mayor me dice: ¿Sabes, mamá? Como he venido corriendo por lo de Diego, casi casi me salto un semáforo en rojo (el único que tiene que cruzar, vaya). Paz y sosiego para mi corazón...  
  • Un reto: Aprender algo de japonés.
Aquí estoy, peleándome con el hiragana (es uno de los dos silabarios japoneses. Ese es el "básico" y luego está el katakana, que se utiliza para palabras extranjeras). Punto y a parte tenemos los kanjis, que son los caracteres que tienen significado en sí mismos (palabras, vaya), pero yo no aspiro a tanto, que ya las 46 letritas del primero me están costando la vida. Ayer compramos algunos cuentos en una tienda de segunda mano y se los leo a las niñas (sin entender ni papa, pero voy decodificando los simbolitos) tal cual una niña de 6 años aprendiendo a leer. Como era de esperar, mis hijos ya me dan mil vueltas.
  • Un deseo: Disfrutar de esta experiencia sin "peros" (o con pocos...)
  • Un sueño: Visitar Hiroshima. 
No es que quiera hacer ningún estudio de cómo está la ciudad 73 años después de la bomba atómica, es que es donde vivió mi marido y hace muchos años que quiero ir. Si todo va bien lo visitaremos en otoño.
Nota aclaratoria: Sí, amigos, estoy en Japón, pero mi marido trabaja, no voy de aquí para allá haciendo turismo. Venid a verme, y así a ver si me sacan de paseo.
  • Un recuerdo: El abrazo de mi familia en la puerta de la Virgen al acabar la misa por mi yaya.
Y es que estar lejos hace que las pequeñas cosas cuenten más. Pongo ese ejemplo porque fue prácticamente lo último que viví en España, me recargó las pilas y me dio ánimos para lanzarme a lo que venía por delante. Fue de esos abrazos espontáneos en grupo ("de lechuga", como le digo yo a mis alumnos) que me encantan y siempre me parecen cortos. También, unos días antes de venir, se fue la luz en casa de mis padres durante un rato largo y nos pusimos con la guitarra a cantar. Son recuerdos sencillos que me hacen darme cuenta de cuánto quiero a mi familia. Porque, ellos ya lo saben: #Familiasgrandes #Grandesfamilias
  • Una alegría: Una semana y un día después de venir, conseguí dormir toda la noche sin desvelarme.
Sin despertarme aún no lo he conseguido. Es verdad que por una parte no me molestaba, porque a las 5 de la mañana (por cierto, aquí amanece súper pronto) en España eran las 9-10 de la noche y podía hablar con la gente, que luego es un bajonazo despertarte a las 8 y media de la mañana y pensar que no puedes hablar con nadie porque estáis todos durmiendo. Aprovecho para informaros que me podéis escribir a la hora que sea, que tengo los WhatsApps silenciados permanentemente y me encanta despertarme con mensajes por leer, y los comentarios en el blog también son bienvenidos siempre.
  • Una añoranza: Pasear entre libros españoles.
Una de las cosas con las que más disfruto es ojeando y hojeando libros infantiles. Me chifla. Quienes me conocen saben de mi "bibliopatía". Puedo estar horas y tener la sensación de que han pasado minutos, por eso suelo preferir ir sola, que no me gusta que me metan prisa, aunque cuando tengo alguien con quien ir tan enamorado de los libros como yo, la emoción compartida hace que esos paseos sean aún más geniales. Cuando estuve en Londres con mi marido, le pedí entrar a una librería porque toda mi ilusión era regalarle un libro en inglés a mis hijos y disfruté como una enana. La cosa es que aquí me choca mucho porque no tengo esa sensación si no toda la contraria: me acabo agobiando por no entendender (de hecho, encontrarme un libro en inglés es una fiesta). Estoy deseando que llegue el verano para pasearme de librería en librería en Valencia y volver a sentir esa emoción.
  • Una frustración:Que vinieran a entregar un paquete de Amazon y no me consiguiera comunicar ni en inglés.
Bueno, es que yo venía pensando que con el inglés me apañaría y a los dos días me di cuenta que nanai de la China (o de Japón en este caso). La japonesa me señalaba unos números en un papel y yo: "Do you speak English?"... Cara de circunstancias de la nativa del lugar... "Do I have to sign here?" Risa nerviosa. Llama al conductor del camión que viene, total pa' ná porque tampoco me entendía. Ya no sabía qué hacer, le miraba, me miraba y va y, en un arranque de infinita sabiduría, llamo a mi hijo ¿¿¿??? No sé qué pretendía, supongo que apoyo psicológico, porque otra cosa... En fin que, por suerte apareció mi marido que llegaba de trabajar y me sacó del apuro (y del bloqueo, porque no, no se me pasó por la cabeza usar el traductor del móvil).
No os dejaré con la intriga: la mensajera quería que le pagara el paquete. Resulta que detrás de los números ponía un símbolo, que mi cerebro no había procesado y entonces aprendí una absurdez más: En el resto del mundo, para el yen (moneda japonesa) utilizamos ¥, pero aquí usan 円. ¿Que porqué? Ah, pues para marearme un poco más, supongo.
  • Una similitud: El arroz.
Mira que siendo valenciana estoy acostumbrada al arroz en mi dieta, pero esto es exagerado, ¡hasta para desayunar! Aquí lo usan en su formato blanco e insulso como nosotros usamos el pan,  acompañando casi cualquier comida. Sólo diré que donde esté un buen arròs al forn, que se quite lo demás.
  • Una diferencia: Las formas de los coches
Mis hijos les llaman "cochecubos", porque es cierto que hay muchos con esa forma. Son graciosísimos, parecen de coña. 

  • Una curiosidad: En los restaurantes hay mesas o barra para las personas que comen solas.
Creo que sólo he ido una vez sola a un restaurante (que en realidad iba con mis dos hijas pequeñas) y si hubiera podido elegir, quizá hubiera preferido este formato de "hable usted con la pared", no sé. En realidad es una buena idea, pero me da un poco de penica, que parece que los hayan castigado.

  • Una intención: Formarme
Ya sabéis que soy un poco ansias y me vengo arriba con facilidad. La realidad es que mi intención es, a lo largo de este tiempo aquí, formarme en Educación, sobre todo en lo relacionado con nuevas metodologías, porque me fascina y motiva muchísimo y en mi día a día con la faena del cole es muy complicado. La cosa es que mi prioridad es esa y prepararme para el C1 de inglés, pero luego están las "formaciones secundarias" de ocio, que ahí ya, como soñar es gratis... Me gustaría seguir haciendo cosas de costura y aprender a tocar el piano. De momento sin máquina de coser y sin piano, la cosa está complicada (porque soñar es gratis, pero hacer los sueños realidad a veces precisa de un ofertón en una tienda de segunda mano.)
  • Un proyecto: Escribir e ilustrar mi primer libro infantil 
Con mucha ilusión, sólo diré que la idea ya está en marcha y tiene que ver con Japón. Más información en próximas entregas de La Fallera con Kimono.

16 comentarios:

  1. Te leo siempre, con ilusión por saber cómo va todo por tierras niponas! Ánimo con esas dificultades y diferencias! En tres días serán pan comido (o arroz para ti :p). A todo esto, soy Verónica! Besos desde Valencia!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Oh! Mil gracias Verónica😊. Espero no decaer y seguir contandoos cosas desde aquí. ¡Un abrazo!

      Eliminar
  2. Mi primer comentario vaaa!!
    1: lo de que Misael casi se salta el semáforo no nos lo habías contado!! :O
    2: del libro que me regalaste ya no me queda mucho, así que ves preparando el tuyo para que hagamos el change :P yo te acompañare a mirar libros!
    3: me parto leyendo lo de tu frustración!
    4:Me encantan tus recuerdos! (#comomolaserSancho)
    5:Estoy deseando ver tu libro!
    Y 6...sigue soñando!! Jaja

    Tu little sister :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Fe de erratas:
      * ve preparando...
      *te acompañaré
      #cómomolaserSancho

      (Antes de que lo digas tú) XD

      Eliminar
    2. ¡Qué alegría vuestros comentarios!
      1:Tenía que guardar algo para cuando leyerais la entrada😉
      2: Yo ni me he empezado el libro, pero me comprometo a leérmelo antes de julio para poder hacer el cambio.
      Me encantará que me acomoañes a mirar libros, por supuesto😊
      3: Yo ahora también me río, en ese momento no.
      4: 😄
      5: Realmente lo que me apetece escribir es un cuento, que no es el caso, pero bueno...ya te contaré.
      6: No pierdo la esperanza

      Eliminar
  3. Había escrito un comentario superbonito y me ha desaparecido (buaaa, buaaaa). En resumen...te decía que me encantas! y que me encanta como escribes!. Así no parece q estemos tan lejos. Ya escribiré algo más q me he quedado chafada y se me ha ido la inspiración.
    ¡Bona nit! Aunque para ti ya son ¡Buenos días! :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Puedes comentar siempre ue quieras, me hace mucha ilusión 😊. Algunos me dicen que escribo como hablo😂. Es la idea: que sea como si os lo estuviera contando en directo.
      Buenos días para vosotros y tardes para mí😘!

      Eliminar
    2. Estaba pensando lo mismo cuando estaba leyéndote!!! En mi cabeza estaba tu voz contándolo, no es como un cuento redactado, sino como un diario. ¡Me encanta leer el blog! (yo también aprendo japonés leyéndote jajajaja) :)

      Eliminar
    3. La verdad es que me encanta haber conseguido poder transmitirlo como quería, así natural. Es una manera también de organizar lo que quiero contar y que os ahorréis horas y horas de mí soltando el rollo cuando vuelva. ;)

      Eliminar
  4. Es genial leerte, me he mareado contigo leyendo sobre el tráfico japonés, he padecido junto tí y Misael la "felicidad" de Diego, y me conmueve seguir descubriendo cosas intenciones, sueños, y proyectos que tenemos en común. Como dijimos, parece que estando lejos, aún nos vamos a ver más que estando las dos en Valencia.
    Por cierto que te espero en París Valencia este verano.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, amiga! Me encanta que os “metais” conmigo en este mundo tan diferente y conseguir transmitiros cómo me siento😊. Me alegra cada comentario, porque os siento muy cerca y eso me anima. ¡Me apunto a esa quedada en verano! A ver si se alinean los astros y es sin niños y acompañada de un café o un helado😋😘

      Eliminar
  5. Ah, soy Marga Vidal... lo de Psiconatal es un proyecto...digamos a largo plazo ( me tendré que ir a Japón para ponerlo en marcha).

    ResponderEliminar
  6. Hola Miriam, ya me he puesto al día... Jo, lo expresas tan bien, que me pongo en tu lugar y me río sola (madre valenciana en Japón al borde de un ataque de nervios con la llegada del primogénito y la fiesta de las reverencias... jajajaja) y también me emociono (abrazo de lechuga), también ds me hizo muy corto cuando nos despedimos...
    En fin, que me encanta leerte y saber de vosotros, parece que estamos más cerquita.
    Un fortísimo abrazo. Os quiero ositos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Cristina!: No sabes la ilusión que me hacen vuestros comentarios 😊 y es una alegría enorme que compartáis los sentimientos y sensaciones conmigo. Un súper abrazo, también de parte de tu osita japonesa😊😘

      Eliminar