viernes, 14 de septiembre de 2018

PROS Y CONTRAS

Que apenas existan olivos en Japón mola si, como yo, tienes alergia al polen de este árbol y te has librado de una primavera infernal como la del año pasado😅, peeero conlleva que el aceite de oliva sea importado de Italia ("envasado en España", ma que son listos) y que el precio esté por las nubes. Como esto, hay otras muchas cosas que no son blancas o negras: 

  
MOLA PORQUE 
PEEEERO..... 
Fujitsu: El silencio 
Hay paz y tranquilidad allá donde vayas 😑 (hasta en un McDonald's o en una abarrotada calle del centro de Tokyo), se puede estudiar tranquilamente en una cafetería y te ahorras muchos sobresaltos. 
¡Falta el ambientillo, ché! Y si estás en un restaurante y la cena está animada o en el metro te quieres pegar unas risas con tu hermana, pues te tienes que aguantar para no desentonar (o pasar de todo, y que piensen lo que quieran). 
Que sean los más educados del mundo mundial 
Siempre da gusto que la gente sea cortés y agradable y, aunque a veces agobie tanto saludo, agradecimiento, disculpa etc... obviamente prefiero que se pasen de educados que de groseros. 
¿Qué ocurre cuando lo que para ti es buena educación, para ellos está mal visto y viceversa? Ejemplo práctico: Cuando te cuelga el moquillo, en España pensamos que mejor fuera que dentro, así que, sin armar una orquesta sinfónica nasal (bueno, depende de quién), pues nos sonamos con disimulo y listo, porque eso de estar sorbiéndote los mocos, como que no. Pues aquí al revés: Sorber=educado, sonarse=cochinada.   🤢
Living la vida en una casa con jardín 
¿¿En serio hace falta que diga el porqué mola??  
Tenemos a nuestras queridas amigas de 8 patas 🕷que, como buenas japonesas, son muy eficaces en su labor. Si su trabajo fuera tejerme suetercitos de lana, pues oye, muy agradecida, pero como lo que fabrican son otro tipo de telas a esas velocidades de vértigo, es un poco incómodo, por poner un ejemplo, tender la ropa por la mañana y que al ir a recogerla por la tarde parezca que la han decorado para Halloween...  
Nota mental: Si tienes jardín, y ni podas ni contratas jardinero, se convierte en la selva amazónica. 
No saber niponés 
La mayoría intenta hacerse de entender en japonés, el profesor de la guarde me habla en inglés y el pediatra en italiano, ¡voy a ser políglota! 
¡Ah! y hay miles de millones de papeles que rellenar del colegio, del vecindario, de la farmacia...  ¡Uys! Qué pena, no entiendo el japonés: 🗣¡Cariñoooo!  😏 
Yo pensaba: “¡Genial, en la clase de japonés me relacionaré con otros guiris como yo!” Y toda contenta que me fui esperando encontrar un aula llena de ojos redondos. Al entrar, creí que me había equivocado o que tenía 25 profesores todos para mí porque todas las miradas que recibía eran rasgaditas. Cuando me tocó presentarme, descubrí que mis compañeros eran chinos, coreanos, taiwaneses, filipinos, vietnamitas...vamos, que la única “extraasiática” era yo. Sé que es algo psicológico, pero tengo la sensación de que juego con desventaja (como si forma de los ojos favoreciera el aprendizaje del idioma...). 
Dar cera, pulir cera. 
Y es que, como su compatriota, el señor Miyagi, los japoneses tienen una santa paciencia que viene fenomenal, por ejemplo, cuando vas al médico y te lo explica tooodo todito tooodo, sin prisa pero sin pausa. Te pregunta, te escucha, te argumenta, resuelve tus dudas, ¡un lujazo! 
Es una pena no entenderles y que, después de mantener la mirada con cara de interés absoluto mientras te dan la pertinente explicación durante 5 minutos (asintiendo incluso, aunque no sepas qué narices te está diciendo), tu marido te lo traduzca en una frase del estilo: “Que te tomes estas pastillas y volvamos la semana que viene” 😒. Al final pienso que o es que meten muchas fórmulas de cortesía por en medio y se repiten como el ajo en las explicaciones, o es que me estoy muriendo y mi marido me lo quiere ocultar... 
En el Line de la guarde mandan todos los días mensajito en japonés de lo que han hecho durante el día. 
Acompañan el texto con fotografías y así voy viendo cómo se adaptan mis hijas, qué comen, quiénes son sus amiguitos... 
El traductor de Google es un alma libre que hace una interpretación aleatoria de los textos que le metes: “Todo el mundo estaba feliz de ser flojo porque había algo que fue hace mucho tiempo”, “El bloque, una sierra que acumuló en él caída fue ovacionado” o “Amigo de la escoba de pollo que comenzó a irrumpir en el cuidado de niños a partir de hoy”, son algunas de las joyitas que me regala a diario.