lunes, 21 de mayo de 2018

COMENTARIOS DE TODO A UN YEN

Aquí os dejo algunas valoraciones, anécdotas, y pensamientos aleatorios que han ido pasando por mi cabeza en estos dos meses que se cumplen hoy desde nuestra llegada:
  • En España la gente está deseando jubilarse para viajar, dedicar tiempo a sus hobbies o simplemente para descansar y no tener responsabilidades. Me dejó alucinada en la primera semana de estar aquí, que al salir del metro por la noche había un grupo de ancianitos con unos chirimbolos de luz (como los de la poli) que, por amor al arte, te indican el camino y te avisan de que vayas con cuidado. Lo mejor, el cartel que lucían en el chaleco reflectante: "Patrulla contra el crimen"...Me encantaría verlos en acción. Curioso doblemente, ya que hablamos de un país donde el índice de criminalidad es bajísimo. Para que entendáis que no es una manera de hablar, os pongo un ejemplo de esta mañana, sin ir más lejos: Me he ido con las niñas de compras en la bici (eléctrica, con dos sillitas infantiles, precio aproximado nueva, al cambio, 1.000€), por supuestísimo la he dejado aparcada sin cadena, (ya no le pongo ni el mosquetón con código, ¿pa' qué?, tiempo perdido). Es tontería llevarse los cascos a cuestas, así que los dejo en el asiento delantero y en el trasero suelo llevar enganchado un carro hiperplegable (120€ aprox.), por si la compra va para rato, subir a la pequeña, pero como le apetecía andar, no lo he cogido. A todo esto añadir que, como he ido a varios sitios, la compra que ya tenía hecha, se quedaba en la bici al aparcarla, of course. Igualito que en España.
  • Relacionado también con el tema de la jubilación, las pensiones aquí son aproximadamente la mitad del sueldo que se recibía estando en activo, por lo que muchos han de seguir trabajando a pesar de haber cumplido la edad. Lo que pasa es que algunos, para no tener que continuar en puestos con condiciones muy exigentes, dejan su trabajo y se cambian a otros que no tengan responsabilidades. Y es por eso que en todas y cada una de las entradas/salidas de parking (pensad que aquí no se puede aparcar en la calle por lo que hay aparcamientos a mansalva) hay uno o dos señores mayores haciendo de guardia de tráfico. Curioso.
  • Los niños nipones no han escuchado nunca aquello de: "¡Niño, no me pises lo fregao!" ni han caminado de puntillas por un sendero de papeles de periódico, como quien cruza un río saltando por las piedras. No existen mochos. Qué desastre. Qué suplicio. Y esto no es como lo del Nesquick, amigos, aunque os ofrezcáis, aunque pudiérais mandarme un palo extensible y la fregona, habría que utilizar una maleta entera para traer el cubo y el escurridor. Aquí utilizan una especie de mopa (que es una castaña) que hay que ir humedeciendo con un spray o, en su defecto, de rodillas y al suelo, como le tocaba hacer a nuestras bisabuelas. Hoy, a alguno de mis hijos se le ha ocurrido la maravillosa idea de entrar del jardín con las zapatillas puestas y no hacía falta ser detective para seguir las huellas. Lo bueno: dentro de lo estupendo de la autonomía en las escuelas de este país, está que son los propios niños los que limpian el colegio  diariamente, por lo que mis hijos están acostumbrados a coger un trapo húmedo y hacer carreras para dejar el suelo reluciente (y hoy ha sido uno de esos días en los que les he pedido una demostración práctica de lo aprendido).
  • Creo que en Japón no hay muchos que usen el Siri del iPhone, que es el teléfono por excelencia aquí, porque -aclaro que aquí no existe la sílaba si- "Shiri"  en japonés significa "culo", entonces decir "¡Hola, culo!" no queda muy fino que digamos y ya sabéis que en este país son súper educados de la muerte.
  • Hablando de culos, además de estar calefactados y tener diferentes chorritos de agua para dejarte todo bien limpito, los inodoros públicos japoneses cuentan con un ruido que imita a una tormenta, con el noble fin de que puedas expulsar gases y evacuar sin problema, para que tu sinfonía corporal complemente a la atmosférica... vamos, para que puedas cagar o tirarte un pedo a gusto si lo necesitas.
  • Y para terminar, ya que estamos con temas tan finos (Miguel, un saludito), aquí existen dos palabras diferentes para nombrar a los mocos: El moco-agüilla, ese transparente típico de costipado, sería "hana mizu", cuya traducción literal es "agua de nariz". Para el moco verde de toda la vida, el espesito, aquí dicen "hana kuso", o lo que es lo mismo, "caca de nariz". Ahí queda eso.