lunes, 26 de marzo de 2018

CON 5 SENTIDOS

Porque las novedades se aprecian con los 5 sentidos y, cuando algo es diferente, todavía se vive de una forma más intensa. Y como lo bueno, si breve, dos veces bueno, mi experiencia de esta primera semana se resume así:
  • Una imagen: Los sakuras en flor del parque de Kodomonokuni, que significa "El país de los niños", sobre todo los pétalos cayendo cuando sopla un poco de viento. ¡Ays! Qué bucólico y romántico... hasta que le pones el toque de realidad de los niños peleándose porque una se ha  acabado el agua y el otro quería más, y quiero hacer pipi pero en ese agujero del suelo no, déjame tirarme otra vez por el tobogán, etc., etc.
  • Un sonido: No todo tiene porqué ser agradable... Si me dices que te diga qué sonido relaciono ahora mismo con Japón, diría que el graznido de los cuervos. ¡Hay un montón! No tantos como palomas en la plaza de la Virgen, pero vamos, hay una buena panda de pajarotes negros paseándose por ahí. Lo otro es que los japoneses suelen ser muy silenciosos en los sitios públicos (imaginaos el percal de tener que mantener a mis cuatro fieras con un volumen de voz "aceptable" para que no me mire to'quisqui) pero cuando estás en el supermercado y anuncian las ofertas por megafonía, se vienen arriba que no veas. Vamos, que el "¡¡a euro, a euro!!" de nuestros mercaditos se queda corto al lado de semejante espectáculo sonoro.
  • Una textura: Las paredes de mi casa. Son de papel blanco con un relieve como a cuadraditos que, aunque creo que es exactamente igual que el de las habitaciones del hospital La Fe, que no es que sea una referencia muy cuqui, la verdad es que hacen que la casa se vea sencilla y acogedora (y también hacen que cada vez que mi hija pequeña se acerca a ellas con las manos llenas de galleta, chocolate o tomate me mueva más rápido que Usain Bolt en los 100m lisos).
  • Un sabor: Los sabores japoneses son lo único que ya traía "aprendido" desde casa, así que aquí el sabor con el que me quedo de esta semana es el del Nesquick (a ver si me pagan por la publicidad), pero no porque aquí haya con sabor de wasabi ni nada por el estilo, no no, es que me lo traje de Valencia y me ha ayudado a no sentirme todavía más desubicada cuando me despertaba y no sabía si era de día, de noche o si estaba aquí o en la Luna. Creo que el día que se me acabe el bote lo voy a echar de menos más que al jamón, al queso y a la sobrasada juntos.
  • Un olor: Aquí lo tengo clarísimo, el olor que más profundamente se ha metido en mi nariz es la mezcla de tatami y queroseno. Raro no, rarísimo, pero así es como huele mi habitación, con el suelo recién puesto y la estufa que funciona con este combustible para aviones. He de decir que no me sentía yo muy segura con semejante máquina de quemar en una casa que es toda de madera y papel, pero ya me estoy acostumbrando, al olor no pero, como tanto me han repetido últimamente: tiempo al tiempo.

4 comentarios:

  1. Me encanta este enfoque.... te animo a que sigas describiendo lo que perciben los sentidos...lo que te llama la atencion desde cualquiera de esos sentidos porque es una mirada muy especial e interesante, y además ira cambiando según pasan los dias... Comparte con nosotros todos esos momentos que asi os tenemos más cerca! ��❤️

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    1. Me había planteado hacer de vez en cuando una entrada con este mismo esquema, así que no lo descarto :)

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  2. Por cierto.... Nesquik para Japon en cuanto nos digas!!! 😃

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    1. En cuanto se esté acabando os aviso, eso sí: ¡mejor si lo traéis en persona!

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